La verdad que cada día me sorprenden más (o no) los desvaríos urbanísticos de nuestros gobernantes. Siento indignación, impotencia,... Paseando hace unos días por la Bajada del Río me encontré con la construcción de una maldita rotonda al final de la bajada, de pena, en vez de favorecer zonas amplias para pasear, no se les ocurre otra cosa que recortar aceras. No era necesaria una rotonda en un lugar en el que con un ceda el paso y un stop sobraba para regular el tráfico de la zona. En definitiva, tengo tanta indignación acumulada que no encuentro las palabras adecuadas para explicarme, os dejo algunas imágenes para que juzguéis vosotros el desvarío:
Apenas dejan un metro y medio para que se pueda pasar:
Ignorante de mí, pensaba que esa zona quedaría preparada para que algún día la unieran con el paseo fluvial y dejaran una zona como dios manda, pero nada, como siempre ajo y agua para los vecinos.