Representación de la obra "La venganza de Don Mendo"en el Teatro Fonseca
La verdad que la agenda cultural de Santa Marta es bastante aceptable, pero no puedo decir lo mismo de sus instalaciones y de su organización . Os cuento la vivencia que me ha llegado a mi correo de una vecina de Santa Marta (ver carta completa) que además pertenece al Grupo de Teatro en Verso de la Universidad de Salamanca (grupo de teatro de 24 personas mayores de 55 años) que representó el pasado 11 de abril “La Venganza de Don Mendo” en nuestro pueblo, después de llevar la actuación por varios municipios de la provincia, "todos ponen lo que pueden a su disposición (agua o refrescos...) porque saben que somos gente mayor y que hacemos un gran esfuerzo, personal y familiar, para acercar la cultura y la diversión a otros mayores, semana tras semana", pero aquí en Santa Marta se encontraron con una situación totalmente nueva y desagradable para ellos "sólo el día anterior a la representación, se llevó un cartel anunciador al Hogar del del Jubilado (sólo estuvo expuesto otro en el tablón del propio Ayuntamiento, tuvimos que descargar y cargar los decorados (que son pesados) desde la Carretera de Madrid al Auditorio, bajo la lluvia, puesto que no se había dado la orden de despejar de coches las calles adyacentes para poder acercarnos lo máximo posible, se nos tuvo esperando en la calle media hora pues estaba cerrado, el escenario estaba lleno de trastos que se tuvieron que retirar y limpiar, no había técnico de luz ni sonido que facilitara la función; ni apenas sillas, en las escaleras de la pequeña antesala de la salida de emergencia (que es donde deben cambiarse y permanecer los actores –24 personas- pues no hay camerinos) no se había instalado ningún pasamanos, ni abierto la puerta que por allí accede a la biblioteca (por cierto, estaba cerrada esa tarde) a fin poder sentarse y descansar o ir al lavabo ( es decir, más de 2 horas sin poder apenas moverse ni ir al servicio y tener que cambiarse de traje con grandes dificultades y peligro), nos tuvimos que vestir en los lavabos pero, claro, allí no se podían dejar nuestras ropas ya que debía estar accesible al público en general, como es lógico; se nos facilitó el cuarto de proyección, que estaba impracticable ¡con los suelos llenos de agua! (menos mal que aparecieron por allí dos milagrosas señoras de la limpieza, que arreglaron este desaguisado), por no haber, no teníamos ni botellines de agua... Y por último, como colofón y guinda, al hablar nuestro Director con la Concejala para ver si podía facilitarnos las cosas, ésta le contestaba reiteradamente: “Hay lo que hay....., esto es lo que hay.....”.
Y su queja es evidente "Pues no, sra. concejala: el teatro es CULTURA y hay que cuidarlo, mimarlo, no menospreciarlo; y cuando han incluido a su pueblo en el convenio de la Universidad y la Diputación, hay que poner todos medios al alcance de quien viene a representar y más si se trata de personas mayores. Efectivamente, si no hay vestuarios o comodidades, vale, hay que sacrificarse y tomarlo como es; pero no facilitar para nada y en nada la seguridad o el bienestar de los actores, eso tiene otro nombre y resulta impresentable."
A pesar de todo mereció la pena "Menos mal que el público lo pasó de maravilla, se rió a mansalva, apreció el esfuerzo de todos los actores, no sólo por su edad, sino por ser una obra tan larga y difícil (en verso), entendió las dificultades encontradas y nos premió con su cariño y aplausos finales. Por ellos mereció la pena, por ellos se hizo y para ellos nuestro agradecimiento: un 10!!!.- A nuestro Ayuntamiento.... un –1 ¿o es demasiado?"
Agradecimiento: A la vecina de Santa Marta y perteneciente al Grupo de Teatro en Verso de la Universidad de Salamanca por su información y las fotos.